El
conejo común o
conejo europeo (
Oryctolagus cuniculus) es una
especie de
mamífero lagomorfo de la
familia Leporidae, único miembro del género
Oryctolagus. Está incluido en la lista
100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo[2] de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Subespecies
Tradicionalmente se consideraban dos
subespecies:
O. cuniculus cuniculus (Linnaeus,
1758), extendido por toda la
Península Ibérica, y
O. cuniculus huxleyi, conocida también como
O. cuniculus algirus (Haeckel,
1874), restringido a
Galicia,
Portugal, suroeste de
España y norte de
África. Ésta última subespecie es más primitiva, pequeña y menos robusta que la primera y se supone que su introducción en África se debe a la acción del hombre. Está protegida en las islas del
Mediterráneo y
Atlántico.
[5]
Se considera que las razas domésticas descienden de la subespecie
O. cuniculus cuniculus.
Descripción
Ejemplar salvaje tumbado.
Se caracteriza por tener un cuerpo cubierto de un pelaje espeso y lanudo, de color pardo pálido a gris,
cabeza ovalada y
ojos grandes. Pesa entre 1,5 y 2,5 kg en estado salvaje. Tiene orejas largas de hasta 7
cm. y una
cola muy corta. Sus patas anteriores son más cortas que las posteriores. Mide de 33 a 50
cm. en condiciones afables, incluso más en
razas domésticas para carne. Todas estas características que posee ésta especie en estado salvaje pueden variar significativamente según la raza.
Los machos tienen la cabeza más ancha y menos fina que la de las hembras.
El conejo de conejar mide de 34 a 50
cm. (longitud cabeza y cuerpo), las orejas miden de 4 a 8
cm. Su peso varía de 1,2 kg a 2,5
kg. Posee una piel de color pardo leonado pelirrojo, a veces colorado que permite su camuflaje para evitar a sus depredadores.
La talla de conejos domésticos varía muchísimo de una raza a la otra. El más grande, el gigante de Flandes, puede alcanzar 8
kg. y 80
cm. de longitud pero el conejo ariete enano sobrepasa apenas 1 kg, a veces menos para los conejos extra enanos. La piel originalmente es gris beige - a veces con matices negros o pelirrojos - un vientre más claro y el fondo blanco de la cola (rabo), mientras que los conejos domésticos presentan colores muy variados, uniformes, degradados o moteados. Existe cerca de 80 variedades.
Los dientes de un conejo, particularmente sus incisivos, crecen sin cesar. El conejo debe constantemente desgastar sus dientes con el fin de evitar que se vuelvan demasiado largos (lo que podría por otro lado herirle).
Ejemplar de conejo melánico.
Distribución
Era abundante en el
Paleolítico, a juzgar por los restos descubiertos en la
Península Ibérica.
[6] En la actualidad, su área de distribución abarca el norte de
África y toda
Europa hasta
Rusia, siendo introducido en muchos lugares del continente con motivos cinegéticos. A lo largo de la Historia también ha sido llevado al estado de
Washington (
Estados Unidos),
Chile,
Sudáfrica y
Australia, donde los conejos
cimarrones se han convertido en la principal
plaga del país debido a la ausencia de
depredadores y competidores naturales.
[7]
Hábitat
Vive en áreas secas próximas al nivel del mar con un suelo arenoso y blando para facilitar la construcción de madrigueras. Habitan en bosques aunque prefieren campos extensos cubiertos por matorrales donde poder esconderse. Antiguamente también eran frecuentes en tierras de cultivo aunque los nuevos métodos de
arado incluyen la destrucción de madrigueras de conejos. A pesar de ello, ésta especie se ha adaptado a la actividad humana viviendo en parques, campos de
césped o incluso cementerios. En ocasiones se encuentran en cultivos agrícolas donde se alimentan de
lechuga, granos o raíces cuyo fin era la ingesta humana.
Comportamiento
El conejo europeo es un animal gregario y territorial (territorios de menos de 15 m², en ocasiones solo 1 ó 2). En óptimas condiciones de terreno y alimento prefieren vivir en largas y complejas conejeras. En ellas habitan de 6 a 10 individuos adultos de ambos sexos. La
jerarquía de dominancia es importante en machos ya que establece quién tiene prioridad para el apareamiento.
Animal de hábitos nocturnos y crepusculares, se alimenta desde que anochece hasta que amanece y pasa la mayor parte del día en sus madrigueras.
Habitualmente son muy silenciosos pero emiten fuertes chillidos cuando están asustados o lastimados. Otros tipos de comunicación son los olores y el contacto físico.
Ante la presencia de un potencial depredador permanece inmóvil intentando pasar desapercibido antes de huir a la carrera hasta un refugio. Este comportamiento provoca muchos atropellamientos, especialmente durante la noche.
Golpean el suelo con sus patas traseras, y lo pueden hacer varias veces dependiendo de cuan exaltados estén, cuando se enfadan, tienen miedo o las hembras no se dejan cubrir durante la reproducción.
Alimentación
Excrementos finales de un conejo de conejar (los puntos del papel son distantes de 0,5
cm.)
La abundancia de la especie, se basa, además de en su capacidad reproductora, en su condición de
fitófago con doble digestión, asemejándose a los
rumiantes. En efecto, el conejo practica la
cecotrofia, de modo que las heces blandas (cecotrofos), ricas en
bacterias y
proteínas, son reingeridas para un segundo tránsito digestivo. Estos excrementos son más frecuentes por las mañanas, cuando los animales se encuentran en reposo. Como otros lagomorfos, el conejo ha estado considerado mucho tiempo como un rumiante, con los que no tiene ninguna relación; ello se fundamenta en la observación del comportamiento del conejo, que pasa largas horas removiendo las mandíbulas de derecha a izquierda. En realidad, estos movimientos no se explican por la
rumia sino por la alimentación en dos tiempos. Primero, el conejo digiere la hierba que consumió; la celulosa es digerida por las bacterias
Anaerobacter a
ácidos grasos volátiles que sirven de nutrientes. Resulta de ello son los cecotrofos, excrementos verde oliva, blandos y brillantes que el conejo toma de salida del ano y vuelve a ingerir. Los excrementos finales del conejo son de un marrón oscuro, más gruesos (7 a 12 mm de diámetro) y duros.
En general seleccionan plantas compuestas,
leguminosas y
gramíneas vivaces de escasa talla y con tendencia a formar céspedes. En invierno su régimen consta de tallos y cortezas de arbustos. Puede cavar la tierra para encontrar raíces, semillas y bulbos; también es capaz de escalar a arbustos y matorrales para comer los jóvenes retoños.
Un adulto consume de 200 a 500 gramos de plantas al día. Cuando los conejos están presentes en densidad importante, su impacto sobre el medio es importante: traban la reproducción de ciertas especies de plantas pero también, en consecuencia, de animales.
Reproducción
Son fértiles durante todo el año pero la mayor cantidad de nacimientos se dan durante la primera mitad del año. El periodo de
gestación dura 32 días y las camadas oscilan normalmente entre 4-12 individuos. Pueden tener varias camadas al año aunque los
abortos y la reabsorción de
embriones son comunes, posiblemente debido al
estrés al que esta especie está siempre sometida.
Los neonatos, llamados gazapos, nacen sin pelo y ciegos. La madre sólo los visita unos pocos minutos al día para cuidarlos y alimentarlos con su rica
leche. Los pequeños son destetados a las cuatro semanas de vida y tanto machos como hembras alcanzan la madurez sexual hacia los 8 meses de edad. Aunque pueden llegar a vivir 10 años, el 90% de los ejemplares no supera el primer año de vida.
Gran parte del éxito reproductivo del conejo doméstico reside en la
ovulación inducida, donde los
óvulos sólo son liberados en respuesta a la
copulación. Por otro lado, la placenta permite un alto grado de contacto entre la circulación materna con la de los fetos, al igual que la humana. Por esto mismo son muy útiles para el estudio de la
embriología humana.
[cita requerida]
Amenazas a la conservación
Cepo utilizado para cazar conejos
Plagas víricas
El conejo doméstico constituye una plaga en numerosos países, donde se ha tratado de controlar su número mediante la introducción deliberada de enfermedades contagiosas. El más claro ejemplo es la
mixomatosis, introducida en
1950 en
Australia y en
1952 en Francia, desde donde se extendió a toda
Europa.